En el presente trabajo sostengo que nuestra cognición se ve influenciada por la lengua, pero reconociendo un mundo compartido como asiento de la cognición. En primer lugar, desarrollo cuáles son las razones que nos hacen pensar que la lengua posee una gramática y semántica particulares, y qué tiene ello que ver con el conocimiento. En segundo lugar, discuto el problema de la influencia de la lengua en la cognición y por qué ello es importante para bosquejar toda intuición epistémica y nuestra concepción de un mundo compartido. Finalmente, expongo lo investigado sobre la noción de ser como mundo objetivo, y una conclusión donde se relaciona la cognición, la lengua y la realidad extramental.